¿QUIÉN ES PAPÁ NOEL EN REALIDAD?
El peligroso usurpador de identidades, también conocido como San Nicolas, Padre Navidad o Viejito Pascuero, pretende asaltar las casas de todo el mundo este 25 de diciembre.
Puede que esta newsletter suene a un poco agridulce. Porque me cago en mi vida.
Me cago en mi vida es la única frase que me viene a la cabeza en estos momentos.
Me cago en mi vida, creo que se me está yendo de las manos. No sé en qué punto de mi carrera he terminado haciendo de Papá Noel en un centro comercial. Este giro no lo ha visto ni M. Night Shyamalan.
Una mañana me llamaron unos amigos para pedirme el favor de hacer de Papá Noel, porque el que tenían les había dejado colgado. Yo dudé, reconozco que por puros prejuicios.
En las películas siempre hacen de Papá Noel alcohólicos, drogadictos o expresidiarios. Por algún motivo, y suponiendo que todos estos perfiles ya habían rechazado el papel, decidieron proponérselo al cómico. El siguiente en la escala Precarier.
Acepté, porque fue la primera vez que me ofrecían dinero por actuar. Y era el papel protagonista, nada menos. De ahí, solo podía ir hacia arriba gracias al trineo de empresa. Por desgracia, el contrato no lo incluía.
Mis sospechas se confirmaron al ponerme el traje; mi predecesor llevaba “ciento y pico de vena en alcohol” y se había bebido el presupuesto de un año destinado al desodorante.
Es posible que ese traje tuviera las propiedades de un virus zombie, si te lo pones te emborrachas. No se si olía a cerveza, whisky DYC o aguarrás, o a todo eso junto. Si el profesor Utonium le hubiera añadido Sustancia X, me habría convertido en Eso, de las Super Nenas.
Un traje que, por cierto, me estaba grande, a pesar de haber cenado una mediana del Domino’s la noche anterior. [Porque soy un actor de método]
Si, como yo, tienes algo de sobrepeso, te recomiendo hacer de Papá Noel. Te darás cuenta de que no es para tanto. Hasta que te dicen:
- Que putada, pensábamos que tú si que ibas a rellenar el traje.
Ahí descubrí que la búsqueda de actor se centró en la pregunta: ¿Cuál es nuestro amigo más gordo?
Pero no me importó [demasiado]. Porque estaba sexy, parecía que Papá Noel se había hecho crossfitero. Estaba tan sexy que podría haberme hecho fotos para un calendario de adviento erótico. Aunque puede que se debiera a los vapores alcohólicos que emanaba el traje.
Estaba mirándome al espejo, justo antes de caracterizarme…
[Caracterizarme = Ponerme peluca y barba]
… y pensé, mientras me soltaba el pelo, que era una versión más joven del Papá Noel que todos conocemos, era un Papá Noel en su primer año de autónomo.
[Esto no tiene sentido si no me habéis visto la cara. Adjunto foto.]
Ya estaba listo para rodar Santa Claus. La precuela. O hacer de stripper en una despedida con temática navideña.
Cuando me puse la barba y la peluca empecé a pensar por qué Papá Noel se parece tanto a Dios. Llegué a la conclusión de que son la misma persona, es evidente, es peor camuflaje que las gafas de Superman.
Un día Dios se picó porque su hijo le estaba haciendo competencia en Navidad. Se disfrazó, se pilló un trineo, unos renos y se fue a repartir regalos. Pero le pasó como con la religión, con el tiempo se cansó y puso a un montón de mamarrachos disfrazados a hacer su trabajo.
Estaba bastante nervioso, porque no quería ser un fraude para los niños, fue bonito ver como se ilusionaban y pude hacer análisis estadístico sobre cómo la Patrulla Canina va a conquistar el mundo en poco tiempo.
Pero es duro sentir el peso del mundo sobre mis hombros cada vez que alguno me pedía que acabara con el hambre o trajera la paz al mundo. Por culpa de mi conciencia estoy haciendo las maletas y en una semana parto hacia Gaza a poner fin a todo esto, pero lo del hambre en el mundo se lo he encargado al chef José Andrés.
Parecía que todo estaba acabando bien, sólo quedaba un niño, que vino a hacerse una foto y ya, dijo que no me iba a pedir nada, que tenía muchas cosas. Le felicité por su honestidad, como adalid de la moral que era, y me dijo:
- Adiós. Señor disfrazado.
No había engañado a nadie.
Me cago en mi vida.
Cuando llegué a casa, oliendo peor que el bar de Moe a la hora del cierre, me encontré a Mariló con mascarilla, alejando a Raúl con el palo de la escoba y un test COVID positivo encima de la mesa.
Me cago en mi vida.
No recuerdo que ninguno de esos niños le pidiera a Papá Noel una enfermedad mortal.
ANECDOTAS SEMANALES
En newsletters anteriores:
Creo recordar que os dije SUERTE. Supongo que sois demasiado supersticiosos/as y lo habéis hecho por mi bien. Pero ya veis lo que pasa.
Todo fue mal ese lunes, me cago en mi vida. El resto, inexistentes por el COVID. Mañana debía ir a Valencia, también cancelado. Me cago en mi vida.
Pero no es por el COVID en sí.
[Y ahora me pongo intensito]
Ha habido señales de que debo dejar el stand up.
1. Ansiedad en incremento, previo y post. Antes era un día antes, ahora es dos días.
2. No sé hacer chistes. He empezado a dudar de lo que es un chiste. No sé qué es un chiste, creo que es el mayor dilema al que me he enfrentado y eso que unas líneas más arriba he desenmascarado al mismísimo Dios.
3. En realidad, sí que se hacer chistes, pero no los que se requieren para hacer reír a un público indeterminado y aleatorio.
4. No estoy dispuesto a hacer los chistes que se requieren para hacer reír a un público indeterminado y aleatorio.
5. No es por el público en sí, cada persona tiene su humor. Sino por lo imprevisible del Open Mic.
6. Tengo miedo.
7. Varias opiniones sinceras consideran que esto no se me da bien.
8. Me cago en mi vida.
Eso no quiere decir que vaya a dejar la comedia, ni que deje el stand up. A mí me gusta, pero creo que…
Podéis ver videos que subo en Tiktok o en Instagram, ahí no me pongo nervioso gracias a la magia de la edición. Como este último:
RECOMENDACIONES
Debería buscarle otro nombre a esta sección, porque de normal son cosas que estoy viendo y no es que la recomiende exactamente, es más bien hablar sobre ellas.
MODERN FAMILY
He vuelto a ponerme esta serie sobre problemas de gente blanca y rica que viven en California. Una familia millonaria que ha hecho su fortuna gracias al narcotráfico, porque lo de la fábrica de armarios es claramente una tapadera para blanquear dinero.
También sale un gran personaje de ficción, un especulador inmobiliario que es buena persona. Eso no lo vi venir, Phil Dunphy oculta algo muy turbio.
Vamos, problemas diarios de gente común, me siento totalmente identificado ahora que estoy en paro tirando de tuppers congelados.
THE GOOD DOCTOR
Esta la está viendo Mariló mientras está encerrada en la habitación. Ha visto cuatro temporadas en una semana. Yo no tengo ni idea de que va, solo sé que la protagoniza Freddie Highmore, que habla un perfecto castellano. Lo demostró cuando fue al Hormiguero y a Late Motiv.
Pero por su nombre deduzco que es un doctor muy crema, el mejor vamos. O que es muy amable, pero se le mueren los pacientes. Por suerte es muy bueno consolando a los familiares y evita las demandas por negligencia médica.
Si queréis saber de que va, preguntadle a Mariló.
DESPEDIDA
Me cago en mi vida.
La semana que viene os cuento los regalos que me ha dejado Papá Noel.