Buenos días/tardes/noches. Ya sabéis como va esto, que esta publicación sea atemporal no me exime de ser educado.
Se me hace raro lo de publicar los domingos. Tengo la sensación de que ha pasado una eternidad entre la newsletter de la semana pasada y esta, pero no. Ha pasado exactamente lo mismo que de jueves a jueves, siete días. Ciento sesenta y ocho horas. Diez mil ochenta minutos. Seiscientos cuarenta mil ochocientos segundos. Seiscientos cuatro millones ochocientos mil dieciséis milisegundos. Seiscientos cuatro mil ochocientos millones dieciséis mil quinientos cincuenta y ocho microsegundos. 6.0480001655852×1014 nanosegundos.
¿Cuándo es correcto dejar de escribir los números en letras y hacerlo con los propios números? Cuando no sabes interpretar una fórmula.
Según mi percepción de la semana, el tiempo ha pasado como si un nanosegundo equivaliera a un día entero. Gracias a eso he podido pensar mucho, meditar y tomar decisiones editoriales sobre este boletín*. ¡Voy a empezar a numerar las publicaciones en el título! ¡BOOM!
[¿Veis lo que puedo hacer con tiempo y presupuesto?]
Hoy esto va de números, no se les da la suficiente importancia en el ámbito de las humanidades y creo que se están vengando de nosotros, por eso nuestras cuentas bancarias están a cero.
[Ya no voy a hablar más de ellos, pero no se lo digáis]
*Quiero dejar de llamarla newsletter porque me gusta la palabra boletín. Fonéticamente suena a tocar un timbre de motel de carretera. (¡BoleTÍN, boleTÍN! Intentadlo).
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Es posible que la sensación de una semana interminable se deba a que ha sido muy prolífica. He estudiado, he limpiado, he jugado en familia, he hecho vídeos para redes sociales y he hecho stand up [¿la de trabajar no te la sabes?]. Este fenómeno es conocido como organización accidental. Es un evento que ocurre en mi universo caótico una vez cada diez años.
Sucede de forma imprevisible y solo soy consciente cuando ha terminado. [Como suponéis, si estoy hablando de ello es que vuelvo a ser un desastre]. Consiste en una sucesión de eventos canónicos que salen todos “a pedir de Milhouse”.
- Veo luz al final del túnel opositor. Es una luz que está lejísimos, el túnel este es gigante. Bueno, no la veo, todavía estamos en septiembre. Pero sí me he cruzado con algunos carteles que prometen que está por ahí.
- Conseguí escribir y probar un bloque que tiene alto potencial de diversión.
- Hice dos vídeos formato Reel/TikTok para promocionar el Open de Alicante del jueves pasado, en el que probé los chistes nuevos y lo pasé muy bien (véase punto anterior, a pesar de que este da mas información). Por una parte, me gustó mucho hacer los vídeos y fue divertido. Por otra, me mosqueó que fueran un mero producto promocional.
- Raúl y yo fuimos en busca de un burro a través de la huerta.
LA HISTORIA DEL BURRO Y EL MALVADO OJO DE CRISTAL
Al parecer el burro era propiedad de un señor al que los niños de la zona llaman Ojo de Cristal. La infancia nunca se ha caracterizado por ser muy ingeniosa a la hora de poner apodos. Suele basarse, casi en exclusiva, en el body shaming y la crueldad.
“Lo único que se de Ojo de cristal es que antes tenía dos burros y ahora solo uno (lo mismo que los ojos). Al parecer, Burro nº1 consiguió escapar porque Ojo de Cristal se dejó la verja abierta. Este culpó a los niños de la huida y desde entonces, cada luna llena, Ojo de Cristal sale a buscar a su burro y si encuentra a niños en su huerto se los lleva a su casa y le quita los ojos para ponérselos él.” *
Esa es la historia que los niños mayores le contaron a Raúl, y que consiguió que no se separase de mí ni un solo milímetro hasta que volvimos a casa. Porque a los niños también le gusta acojonar a otros. Vete a saber el motivo, porque yo también era [soy] de los asustadizos.
Seguramente Ojo de cristal sea un viejo de la zona que evidentemente es muy mala persona por el lamentable estado del pobre burro, que no tenía comida ni apenas agua. A saber cuál fue la realidad de Burro nº1. Hay altas posibilidades de que no escapara a las Bahamas, como cuenta la leyenda, y que esté sirviendo de abono a los limoneros de Ojo de cristal.
O puede que Ojo de cristal sea la versión murciana del vecino de Solo en casa, un señor que vive a su rollo y que los niños, a su no tan inocente manera, han demonizado y está muy triste porque la muerte de uno de sus burros. La única compañía que tenía, aparte de sus gallinas.
Puede que los burros estuvieran incluso bien cuidados y nosotros, urbanitas de medio pelo, pensemos que sabemos como criar burros cuando se nos mueren los cactus que tenemos en el balcón. [Y este pensamiento me invadió cuando descubrí una montaña de dos toneladas (aproximadamente) de comida de burro en un almacén junto al establo]. “Es que el burro está muy sucio” dijeron. Son burros, no se caracterizan por usar H&S y cremas exfoliantes.
Puede que Ojo de cristal estuviera desquiciado porque a veces, algunos niños son desquiciantes. Puede que Ojo de cristal ni siquiera de miedo. Puede que hasta se parezca a Anthony Hopkins con una lesión ocular. Bueno, en ese caso… esta fama estaría un poco justificada.
*Esta historia no nos la contaron de esta forma, la he modificado yo por el efecto dramático, que todo hay que decirlo. Pero estoy seguro de que en la mente de Raúl la historia se forjó así.
PELÍCULAS QUE NO HE VISTO Y VOY A TRATAR DE ADIVINAR DE QUÉ VAN POR SU PORTADA
Nueva sección. Variante de las recomendaciones y las (NO) recomendaciones. El titulo no es lo suficientemente descriptivo asique lo explico un poco.
Voy a tratar de adivinar de qué van películas por su portada, y, a ser posible, que no se hayan estrenado para que la experiencia sea más realista.
Podéis enviarme en comentarios o por mensaje películas que os gustaría que aparecieran en esta sección. [Nadie lo va a hacer, ¿verdad?]
Creo que esto está abocado al desastre, pero es un ejercicio que me apetece probar. Vamos allá. La película de esta semana es…
Dalia y el libro rojo - David Bisbano (Estreno en octubre de 2024)
Después de su último disco Me siento vivo y su viral en TikTok “¿Dónde están los máquinas?”, David Bisbano decide dar un salto al cine de animación con Dalia y el Libro Rojo.
Dalia es una niña capaz de invocar a dioses y criaturas mitológicas para vestirlos acorde a anacronismos temporales, como Anubis medieval u Horus bibliotecario.
Dalia encuentra en el desván de su tía abuela un libro rojo escrito por Karl Marx y Friedrich Engels titulado El autentico manifiesto comunista. Ritos mágicos para aplacar el capitalismo. Un grimorio con hechizos que solo Dalia puede conjurar pues está destinada a ser la adalid soviética que cambie el sistema económico y social para siempre.
No le será fácil, porque en el mundo de los seres mitológicos Wanda, una harpía miembro de la CIA, la descubre y tratará de hacerse con el libro para mantener el status quo del imperio neoliberal de EEUU.
Yo no me la perdería ni por un millón de rublos.
DESPEDIDA
Siento las horas, esto debería haberlo mandado por la mañana. Pero ya os lo he dicho, el periodo de organización accidental acabó ayer. Se lo comió un burro. ¡Hasta la semana que viene!
Sayonara babys.
Si quieres una peli para tu nueva sección propongo "Bodegón con fantasmas". No puedo mandar cartel por aquí, usted perdone.