Hoy estoy escribiendo la newsletter desde el móvil. Se que a los amantes de la escritura más tradicional les parecerá una aberración que no lo esté haciendo con pluma y pergamino. O desde el Word, la pluma y el pergamino de la era digital.
He ido a llevar a Mariló al fisio en coche. En teoría iba a volver por ella cuando acabara, pero han entrado en acción factores como; que había un aparcamiento en la puerta de la clínica, tenemos que recoger a Raúl del cole en una hora y que se nos ha olvidado preparar la comida. Resultado: he terminado volviendo a casa andando.
[Parece que no hay relación, que nada tiene sentido, y así es. Pero no por ello deja de ser lo que ha pasado]
No hay problema porque tenemos unos agradables 25° bajo el sol de enero, y me gusta caminar. A veces paseo sin rumbo fijo, para despejar la cabeza.
El problema es que me he dejado las llaves de casa en el coche, las llaves del coche en el bolso de Mariló y Mariló está siendo golpeada en el cuello por una tipa en bata que aprendió a masajear viendo entrenamientos de Bruce Lee.
Menos mal que me gusta andar para nada, sobre todo cuando tengo una pila de cosas por hacer. Por lo que me he sentado en la cafetería más cercana, me he pedido un café y he empezado a escribir.
[Voy a hacer aquí una elipsis temporal]
Ya estoy de vuelta en mi despacho, son las 18:00. No me queda mucho tiempo, pero aquí estoy, tratando de escribir a contrarreloj.
Suena como la nota de despedida de alguien recluido en su casa durante un apocalipsis zombie. Alguien que ve, desde la ventana de un tercer piso, como una horda entra en el portal de su edificio.
No es exactamente eso, pero a Raúl no le quedará mucho tiempo para despertarse de la siesta. Lo raro es que no haya despertado toda… Oh, vaya…
[De nuevo una elipsis temporal. Que recurso tan maravilloso, ojalá lo hubiera descubierto antes. Es increíble poder hacer una selección de tu vida para quitarle las partes aburridas].
Han pasado sesenta años desde que escribí esas líneas. Quién iba a decir que el despertar de la siesta de Raúl daría comienzo a la Tercera Guerra Mundial, un tornado de fuego inextinguible que arrasó con el hemisferio norte y que el COVID tomaría forma corpórea esclavizando a toda la raza humana.
Han sido unos tiempos muy locos; como el día que la RAE incluyó PEC* en el diccionario y se dejó de usar, porque todo lo que la RAE toca se convierte en desfasado. Ese día será recordado también por la embolia que le dio a Pérez-Reverte, que sólo pudo decir PEC hasta el día de su muerte.
También serán imborrables las palabras de su último tweet**:
Y, por supuesto, sus correspondientes comentarios, que siguen siendo iguales que los que dejaban en 2024:
He pasado una vida de incontables anécdotas y sucesos locos, porque nos hemos empeñado en que cada día sea diferente cueste lo que cueste. Ahora es difícil tener una semana tranquila sin que algún personaje excéntrico aparezca en Internet haciendo alguna gilipollez.
En los tiempos en los que empecé a escribir esta newsletter se decía que antes de las redes ya éramos así de idiotas, sólo que no había canales por los que transmitirlos. Pero creo que son estos medios los que nos fuerzan a hacer mamarrachadas. Para qué vas a estar puto loco si el mundo no lo puede ver.
Se que a los amantes de la escritura más tradicionales les parecerá una aberración que esté acabando esta newsletter con telequinesis y no con el Word, pero desde que se descubrió que la lengua de signos podía generar hechizos de invocación demoníacos se ha prohibido tener dedos.
ANECDOTAS SEMANALES
[2024]
He descubierto un botón para hacer elipsis temporales, a ver qué pasa si pulso aquí…
[2030]
Me he hecho adicto a las elipsis, imaginad el poder de saltar hacia delante cuando la tarde se está haciendo eterna. No más comidas familiares, no más colas en el aeropuerto. Basta con que tenga la intención de hacer algo, pulso el botón y ya está hecho.
¿No me gustan las consecuencias? Pulso el botón y a ver que me depara el destino.
[2056]
He jurado no volver a tocar el botón. Todos estos años de inactividad, pasividad y despreocupación sólo han conseguido convertirme en el alcalde de Madrid.
No puedo con esto. Sólo una última vez.
[2084]
Vaya… mi viejo ordenador. Recuerdo que dejé a medias una newsletter. ¡Llegué a hacer ocho entradas! El trabajo más constante de mi vida. Debería acabar la novena, espero que alguno, alguna, algune de mis suscriptores estén activos. Seguro que se preguntaron qué fue de mí.
(NO) RECOMENDACIONES
Intento hacer memoria de las cosas que estaba viendo/leyendo en el momento en el que empecé a escribir esta newsletter.
Creo que lo único que pude ver esa semana fue:
MORBIUS (2022)
[Ojalá hubiera tenido mi botón de elipsis]
Bueno, tuve sentimientos encontrados, porque había algunas cosas en la película que pensé:
[Puede que una pelea o algo así.]
Pero la mayoría del metraje es innecesario. Creo podrían haber ahorrado mucho dinero si la hubieran reducido a un reel de Instagram.
VIÑETA DE LA SEMANA
He pensado en añadir esta nueva sección, porque hay muchas viñetas que me están haciendo mucha gracia y sería injusto no compartirlas. Aunque seguro que ya conoceréis muchas de ellas o las habréis visto antes que yo.
Aquí va la de esta semana:
[No sé por qué aparece arriba “author”, es de Will Santino, desde la imagen os lleva a su Insta.]
DESPEDIDA FUTURÍSTICA
Hasta aquí la newsletter, más vale tarde que nunca. Creo, además, que no me queda mucho tiempo de vida, porque ahora los smartwatchs te dicen la fecha de tu muerte y ya me ha llegado la notificación de “revisión de testamento”.
Sayonara, babys.
*Siglas de: Por El Culo. Expresión positiva utilizada por la generación Z y Alfa cada vez que salía una actualización de Fornite o una temporada de Élite para indicar las ganas irrefrenables de consumir el contenido.
**Es increíble como a día de hoy seguimos sin llamarlo X, y cómo seguimos haciendo la broma a pesar de haber perdido la gracia la misma tarde del día en que se hizo por primera vez.
¡Guapísima esta newsletter! Muy PEC. Está para enviarla a Ratachillona.